Detección de la ovulación en el Golden Retriever

Cuando el semental de golden retriever seleccionado no pertenece al criadero, y dado que existe la costumbre de que sea la hembra quien se desplace al lugar de residencia del macho para la monta, hay que determinar el momento propicio para el apareamiento, a fin de optimizar las probabilidades de lograr la fecundación y evitar desplazamientos y gastos inútiles. Lo ideal es que el apareamiento o la inseminación tengan lugar dentro de las 48 h siguientes a la ovulación, para que la mayoría de los óvulos fecundables y de los espermatozoides puedan alcanzar el lugar del "encuentro" (los oviductos o trompas de Falopio) en el mejor estado posible. Después de su maduración, los óvulos siguen siendo fecundables durante un lapso de 2 días. Esto explica que puedan producirse sobrefecundaciones por dos machos diferentes en la especie canina. Si se tiene en cuenta el lapso de supervivencia de los espermatozoides, puede decirse que el criador cuenta con cierto margen de seguridad.

portafolio image Elección del momento más propicio para la monta

portafolio image Realización del frotis vaginal

portafolio image Interpretación del frotis

portafolio image Determinación de progesterona en la sangre

portafolio image Determinación de LH en la sangre

Elección del momento más propicio para la monta

Para detectar el período de ovulación en una perra en celo, el criador cuenta con diversos medios de precisión variable que resultan complementarios:

  • El apareamiento practicado sistemáticamente diez días después de las primeras pérdidas de sangre y repetido dos días más tarde es un método práctico para el criador. Sin embargo, alrededor del 20% de las perras ovulan fuera de este período, de manera que no son fecundadas o sólo procrean unos pocos cachorros, lo cual representa un evidente "lucro cesante".
  • Las pérdidas vulvares de color más claro que aparecen después del sangrado señalan, por lo general, el fin del proestro, pero no son un indicio confiable de ovulación, puesto que algunas hembras, pueden presentar pérdidas sanguíneas hasta el final del estro.
  • La receptividad sexual y la lateralización de la cola tampoco son exclusivas de la ovulación.

  • Muchas perras se dejan también cubrir en otras ocasiones:
    • Durante el seudocelo del parto,
    • En caso de infecciones urinarias,
    • en caso de ninfomanía secundaria a la secreción de estrógenos por un quiste folicular (quiste ovárico secretor).
    • La resistividad del moco vaginal suele disminuir inmediatamente después de la ovulación, lo que indica el fin del período de impregnación estrogénica y, por lo tanto, la rápida renovación de las células vaginales. Lamentablemente, su medición brinda una posibilidad diagnóstica demasiado tardía para ser utilizada en la cría de perros, ya que resulta más útil prever la inminencia de la ovulación que asistir al hecho consumado. Por esta razón, sumada al costo de los galvanómetros y al riesgo considerable de contaminación entre perras, este método prácticamente no se usa en los criaderos.
    • Las tiras reactivas que permiten detectar las variaciones de la concentración de glucosa en el moco vaginal son difíciles de introducir lo suficientemente lejos en la vagina como para evitar la dilución con orina. Los resultados son generalmente imprecisos (se observa cambio de color durante los tres días anteriores o posteriores a la ovulación) y, por lo tanto, poco fiables.
    • Según la tinción utilizada, los frotis vaginales permiten visualizar directamente el cambio de aspecto de las células vaginales, el cual se correlaciona con las variaciones hormonales, en especial con la variación en la concentración de estrógenos.

La lateralización de la cola (signo de Liebenger) y la aceptación del macho no siempre aparecen sincronizadas con la ovulación.

La resistividad del moco vaginal se correlaciona estrechamente con el cambio de aspecto (cornificación) de las células vaginales, que cada vez son menos conductoras de la electricidad.

Realización del frotis vaginal

Después de observar la hinchazón vulvar y pinzar la comisura hacia abajo, se introduce verticalmente un hisopo hacia la pared superior de la vagina, para evitar la fosa del clítoris. Cuando se alcanza la parte superior y más profunda de la vagina, se coloca el hisopo en posición horizontal y se introduce lo más lejos posible, sin forzar. Se recogen entonces alrededor del cuello uterino, con movimientos circulares, las secreciones y las células provenientes de la exfoliación del epitelio cervical.

Observación directa del hisopo

Se examina el aspecto del hisopo, que es habitualmente rojo al comienzo del celo, rosado o incoloro al finalizar el pro estro y purulento en caso de infección vaginal o uterina.

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Observación directa del aspecto del hisopo.

Extendido del frotis

Se hace rodar delicadamente el extremo del hisopo sobre un portaobjetos previamente desengrasado, cuidando de no pasar dos veces por el mismo lugar, para no crear agregados de células.

Fijación del frotis

La muestra se puede fijar con un fijador para células, para enviarla al veterinario para que realice el examen, o se puede teñir y realizar un examen inmediato.

Tinción del frotis

Existen diversas técnicas de coloración, que aportan información complementaria:

  • Las tinciones monocromáticas (por ejemplo, con azul de metileno, 5.5.5) brindan información acerca de la forma de las células, pero colorean el citoplasma (espacio intra celular) de todas las células de manera idéntica. Por ejemplo, la tinción de May-Grunwald-Giemsa permite diagnosticar una infección al revelar la presencia de glóbulos blancos polimorfonucleares (células que aparentan poseer varios núcleos).
  • La tinción de Harris-Schorr, más larga y tediosa, aporta sin embargo datos mucho más completos que las coloraciones precedentes. La observación debe centrarse en:
  • El aspecto del fondo del frotis ("sucio" y cubierto de glóbulos rojos al inicio del proestro que se aclara paulatinamente hasta el estro).
  • El aspecto de las células, las cuales, paulatinamente, adquieren el aspecto de "patatas fritas" cornificadas (queratinizadas) y cambian de color, pasando de azul (basófilo), al principio del celo, a rojo (acidófilo) durante el estro; esta observación permite estimar el grado de eosinofilia del frotis (porcentaje de células vaginales rojas).
  • La tendencia progresiva de las células a formar agregados.
  • La presencia eventual de células parabasales (ovoides y azules), que indica el viraje del frotis; o de polimorfonucleares (raros en período del estro) o incluso de espermatozoides.

Interpretación del frotis

Los frotis vaginales, además de permitir estimar el momento de la ovulación, tienen otras indicaciones.

  • Tras la fuga de una perra o cuando existen sospechas de cópula con un macho no calificado, el veterinario puede investigar la eventual persistencia de espermatozoides (hasta 6 h después del coito). Cuando se encuentran espermatozoides, es posible estimar el riesgo de fecundación, según la fase del ciclo sexual. Por ejemplo, si la perra se encuentra en el anestro, al comienzo del proestro o en el post-estro, el riesgo es mínimo y, en cualquier caso, mucho menos grave que el relacionado con un aborto médico precoz de conveniencia.
  • Asimismo, los frotis permiten determinar la pertinencia de ciertos tratamientos, posibles durante el período de anestro, pero contraindicados durante los períodos de actividad sexual (por ejemplo, la mayoría de los tratamientos hormonales).
  • Por último, los frotis contribuyen, junto con las determinaciones hormonales, al diagnóstico de ciertas causas de infertilidad (celo silencioso o anovulatorio, persistencia de un cuerpo lúteo secretor, infección vaginal, etc...).

Los frotis vaginales son muy útiles en el campo de la cría de perros, tanto por sus indicaciones como por la facilidad con que se practican, su rapidez y su bajo costo. Sin embargo, cuando la interpretación de un frotis resulta dudosa o no concuerda con los datos clínicos (por ejemplo, en las perras Chow-chow, que presentan a menudo una queratinización precoz de las células vaginales), o cuando es importante determinar con exactitud el momento de la ovulación para desplazar a la perra para una cubrición o realizar una inseminación, el criador puede completar este análisis con un medio más preciso, la determinación de la concentración de progesterona en la sangre.

Lectura del frotis:

An estro Lectura del frotis: Post estro Lectura del frotis Estro. Lectura del frotis: Proestro:

Determinación de progesterona en la sangre

Indicador de la ovulación

Alrededor del período de ovulación de la perra, la concentración plasmática de progesterona suele aumentar en pocos días (como promedio, 5 días) desde el valor basal, inferior a 2 ng/ml, hasta más de 40 ng/ml. La velocidad a la que se produce este incremento puede variar de una perra a otra o, en una misma perra, de un ciclo a otro. El 80% de las perras ovulan hacia el día 12 del estro, pero en el resto, la ovulación puede ser más precoz o más tardía, en particular en algunas razas, como el Doberman (en la que con frecuencia la progesterona aumenta muy lentamente) y el Pastor Alemán.

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Se considera habitualmente que la ovulación ha tenido lugar cuando la concentración plasmática de progesterona sobrepasa 15 ng/ml (hay que tener cuidado con las variaciones entre laboratorios debidas a diferencias en los métodos analíticos empleados) y que, por lo tanto, la cubrición o la inseminación deben tener lugar durante las 48 h siguientes, habida cuenta del tiempo de maduración de los óvulos y de la necesidad de repetir la monta dos días más tarde.De esta manera, el criador cuenta con un indicador bastante preciso de la ovulación, que permite mejorar no sólo el porcentaje de apareamientos e inseminaciones exitosas, sino también la prolificidad. En efecto, las camadas pequeñas, atribuidas a menudo a la edad de la perra o a una producción ovular insuficiente, sólo se deben a veces a una incorrecta elección del momento del apareamiento.

La realización conjunta de frotis vaginales y determinaciones de progesterona, con buen criterio y siguiendo un protocolo preciso, permite llevar a cabo un seguimiento del celo muy satisfactorio y económicamente rentable, que conduce a un aumento de la fertilidad y la prolificidad, y una disminución del número de desplazamientos inútiles para apareamientos improductivos.

Diagnóstico de infertilidad en la hembra

Antes de tratar la infertilidad en una perra es indispensable establecer con precisión cuál es su origen. Por ejemplo, el seguimiento regular de la progesteronemia en una perra infértil, asociado a otras determinaciones hormonales y a los resultados del examen clínico, permite distinguir entre diversos trastornos (ciclo anovulatorio, reabsorción embrionaria uterina debida a la involución del cuerpo lúteo, ausencia de pubertad o impregnación androgénica), cuyo tratamiento pude ser radicalmente distinto.

Es lamentable comprobar que algunos criadores siguen aplicando sistemáticamente inyecciones de gonadotropinas a perras normales antes de cada cubrición, con la intención de estimular la ovulación.

Este procedimiento puede llegar a comprometer gravemente la futura aptitud reproductora de las perras y, con frecuencia, sólo logra reclutar ovocitos inmaduros y, por lo tanto, no fecundables.

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Optimización de la reproducción en un criadero canino.

Determinación del momento propicio para practicar una cesárea

Las dificultades del parto (distocia) propias de la mayoría de las razas braquicéfalas (de cara chata), como el Bulldog o el Pekinés, llevan a menudo a los criadores a planificar una cesárea. Cuando se practica demasiado temprano, los cachorros son prematuros y suelen morir por insuficiencia respiratoria pocas horas después de nacer. Si se realiza demasiado tarde, la permanencia prolongada de los fetos en el canal del parto ocasiona anoxia cerebral. En la especie canina, la viabilidad de los fetos está condicionada por la aparición tardía del agente tensioactivo pulmonar (surfactante), que determina al nacer la función respiratoria de los cachorros. Esta maduración pulmonar es, precisamente, simultánea a la disminución de la concentración de progesterona en sangre de la madre observada en los días previos a la fecha ideal del parto. De esta manera, el veterinario dispone, mediante la simple determinación de esta concentración en la perra gestante, de un valioso medio para determinar con exactitud si las crías están preparadas para sobrevivir a la cesárea. Gracias a esta técnica ha aumentado la tasa de supervivencia de los cachorros nacidos por esta vía, en especial en la raza Bulldog, en la que se estima que más de un 90% de los nacimientos tienen lugar por cesárea.

Determinación de LH en la sangre

La lutropina u hormona luteinizante (LH), capaz de transformar el material nutricio de los ovocitos (folículos rotos) en cuerpos lúteos productores de progesterona, es secretada por la hipófisis y desencadena la ovulación. La detección del pico de secreción de LH permite poner en evidencia, de manera precoz, la ovulación, en vez de sus consecuencias (aumento de la progesteronemia). Lamentable, fuera de algunas indicaciones precisas en el diagnóstico de infertilidad, esta determinación no forma parte de los exámenes de rutina realizados en los criaderos.

Ciclo anovulatorio.

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